jueves, 18 de agosto de 2016

Siria: Las fuentes de las que beben los periodistas que nos desinforman.


Si decimos que la OTAN es el brazo armado de las grandes corporaciones occidentales, en paralelo debemos añadir que las grandes agencias de noticias y medios corporativos occidentales, así como muchas de las ONGs más reconocidas, son instrumentos de difusión de la propaganda de guerra que utiliza el poder económico para ejecutar sus guerras sin que las sociedades occidentales opongan la menor resistencia hacia ellas o incluso las apoyen. Esta propaganda de guerra ha estado presente siempre en nuestras sociedades y en prácticamente todos los conflictos bélicos desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días.

La actual guerra de invasión contra Siria iniciada en 2011 por parte de Occidente utilizando a decenas de grupos terroristas para derrocar al legítimo presidente Al Assad y destruir el Estado y los valores que representa la República Árabe Siria en Medio Oriente, va acompañada de los mismos protocolos de manipulación de masas de otras guerras imperialistas anteriores, como ya ocurrió en Libia en 2011 o anteriormente en Yugoslavia (1991-1999), entre otras muchas.

Hoy en día, para alcanzar ese consenso social en torno a la necesidad de una "intervención humanitaria" por parte de la OTAN, se hace imprescindible el papel que ejercen diversas "organizaciones humanitarias" o defensoras de los "Derechos Humanos" que basándose en su supuesta "imparcialidad" e "independencia" ajustan su relato de los hechos al discurso oficial de sus patrocinadores políticos y económicos. Es decir, que salvo algunas excepciones que sirven a su vez para darles un mayor barniz de credibilidad frente a la opinión pública, éstas ONGs siempre están del lado de los intereses de quienes las financian y les dan publicidad, las grandes corporaciones y gobiernos occidentales.

Quizás el caso más conocido entre estas supuestas "organizaciones humanitarias" y del que más se ha escrito en algunos medios alternativos es el denominado Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una de las fuentes más citadas por las agencias y grandes medios de comunicación a la hora de informar sobre Siria. Recordemos, para quienes todavía no lo sepan, que este supuesto organismo independiente se creó en 2006 y tiene su única base de operaciones en la ciudad británica de Coventry, a 138 kilometros de Londres y a 4.700 kilómetros de distancia de Damasco. Está integrado y dirigido por una sola persona conocida como Rami Abdul Rahman, aunque su verdadero nombre es Ossama Suleiman, un opositor sirio que estuvo en la cárcel en varias ocasiones y que salió de Siria en el año 2.000. Está demostrado que este personaje despachaba habitualmente con el exministro de Asuntos Exteriores británico Willian Hague y con altos funcionarios del gobierno de Reino Unido y la Commonwealth Office ejerciendo como representante de la oposición siria [1]. ¿Una "organización" compuesta por una sola persona? ¿Puede ser objetiva e imparcial su información teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente? Es evidente que no, sin embargo en citada de forma masiva en casi todas la noticias que se publican en los grandes medios sobre Siria.

Como tampoco lo es la información que aporta Médicos sin Fronteras, otra de las organizaciones humanitarias más reconocidas y respetadas por los ciudadanos occidentales y cuyos informes y datos son utilizados a menudo como fuente por los grandes medios corporativos. Esta organización tiene un amplio currículum de apoyo a los intereses de las grandes corporaciones y gobiernos occidentales en diferentes países. Su propio fundador Bernard Kouchner hizo campaña ante los organismos internacionales en defensa del principio de "intervención humanitaria", todavía vigente a día de hoy, también en Siria, donde MSF apoya una intervención humanitaria de la OTAN en contra del "régimen de Al Assad", como antes la apoyaron en Libia, un país próspero hoy destruido por el terrorismo. Para ello no dudan en mentir y acusar sin pruebas, como hicieron cuando acusaron al gobierno sirio de utilizar armas químicas contra civiles en la Gouta en agosto de 2013, o en ejercer como "batallón médico" de los terroristas yihadistas a los que atienden en diferentes hospitales y centros médicos [2].    

Lo mismo podemos decir de otras ONGs como Amnistía Internacional [3], Human Rights Watch [4], la Sociedad Civil Siria, The Syrian Compagne [5], Avaaz [6],  y un largo etcétera de organizaciones y fundaciones todas ellas patrocinadas por el poder económico occidental al que sirven fielmente en colaboración con los grandes medios de comunicación. Como por ejemplo los llamados Cascos Blancos, una organización que recibe múltiples premios internacionales y estuvo incluso nominada al Premio Nobel de la Paz. Esta respetada "ONG" está financiada, entre otros, por la fundación Open Society  de George Soros y dirigida por los gobiernos de EE.UU. y Reino Unido [7]. Forma parte del grupo terrorista Frente al Nusra (rama de Al Qaeda en Siria) y trabaja en colaboración con el citado anteriormente Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Son famosos por sus montajes fotográficos y sus vídeos manipulados que son ampliamente difundidos por las redes sociales y los canales de televisión de los grandes medios corporativos. Su líder principal y cara más visible es Raed Saleh, a quien EE.UU. prohibió su entrada en el país por ser considerado una "amenaza para la seguridad nacional" y fue devuelto a Turquía. [recomiendo ver el magnífico vídeo que adjunto más abajo:¿Los Cascos Blancos una ONG o Al Qaeda tras un lavado de cara?]

De nuevo queda al descubierto el doble rasero y la hipocresía de EE.UU-OTAN: los llamados "rebeldes" y "luchadores por la libertad" en Siria son considerados terroristas cuando actúan en los países occidentales que los patrocinan.

Según una investigación realizada por Rick Sterling, los Cascos Blancos fueron inicialmente apodados Defensa Civil Siria. El grupo fue creado por el Reino Unido y EE.UU. en 2013. “Civiles del territorio controlado por los rebeldes, eran pagados para ir a Turquía a recibir algún tipo de formación en operaciones de rescate. El programa fue dirigido por James Le Mesurier, un ex soldado británico y contratista privado cuya empresa tiene su sede en Dubai”, escribe Sterling.[8]

Existe ya mucha literatura sobre las manipulaciones cometidas por estas organizaciones a la hora de publicar sus informes y sobre las conexiones y vínculos que éstas mantienen con el poder económico occidental.

Las ONGs, como los misioneros, se utilizan para penetrar en una zona y preparar las condiciones favorables para la Agroindustria, fábricas donde se explota a los obreros, minas para la obtención de recursos y lugares de esparcimiento para los turistas. Mientras que hoy en día la acción militar se camufla bajo una intervención humanitaria, el carácter aparentemente humanitario de las ONGs parece estar justificado. Pero es esencial aplicar el mismo criterio tanto a las intervenciones de las ONGs como a las mismas intervenciones militares. (...) Haití es el ejemplo más extremo de las complicidad de las ONGs con la agresión imperialista. Conocida por muchos haitianos como la República de las ONGs, ya había 10.000ONGs antes de que el país sufriese el terremoto de 2010, más ONGs per cápita que cualquier otro lugar del mundo. El 99% de la ayuda para las víctimas del terremoto fue canalizado a través de las Organizaciones no Gubernamentales y otros organismos, que actuaron como bandidos, embolsándose la mayor parte del dinero que la gente había donando de buena fe con la expectativa de que en realidad iba a servir para ayudar a las comunidades devastadas por la catástrofe. [9]

Pero a pesar de todas las evidencias existentes toda esta información es ocultada y censurada por los grandes medios corporativos que ejercen de altavoces y difusores de dichos informes "humanitarios". Digamos que todos ellos - medios de comunicación, fundaciones y organizaciones humanitarias, centros de estudios, universidades privadas, gobiernos neoliberales de la OTAN... - forman parte de la misma maquinaria corporativa y trabajan conjuntamente para moldear la opinión de los ciudadanos occidentales. El resultado es que éstas organizaciones "sin ánimo de lucro" gozan de tal grado de credibilidad y prestigio social que los ciudadanos creen y aceptan su información de manera totalmente automática y acrítica. Nadie cuestiona su información, sus fuentes, nadie se hace preguntas. Lo dicho por estas organizaciones es considerado como una verdad absoluta e irrefutable que nadie osa cuestionar, y quien lo hace es considerado como un iluminado o un teórico de la conspiración al que hay que censurar y aislar mediáticamente. En esa "credibilidad social absoluta" reside su peligro como arma de propaganda de guerra al servicio del poder económico.

La escalada terrorista ocurrida en las últimas semanas en la provincia de Alepo volvió a evidenciar el sesgo y la desvergüenza con la actúan este tipo de agentes políticos "humanitarios". Desde los grandes medios se repitieron de nuevo las acusaciones contra el gobierno sirio y sus aliados, Rusia principalmente, de estar detrás de los bombardeos contra la población civil en Alepo, incluidos ataques a varios hospitales. Ahora sabemos que algunos de los hospitales que supuestamente habían sido bombardeados por Siria y Rusia no existen como tal y no figuran en ningún registro oficial. Otros como el de Al Quds, cuya imagen fue ampliamente difundida y utilizada para acusar al gobierno sirio, ya aparecía destruido hace 7 meses como puede comprobarse en las imágenes de satélite presentadas por Rusia [10]. Incluso el médico Nabil Antaki, que trabaja en un hospital en Alepo, afirma que hacía años que ese edificio no funcionaba como un hospital público ni privado [11].

"Este hospital [Al Quds] no existía antes de la guerra. Debe haber sido instalado en algún edificio después de que comenzara la guerra. Yo no conozco a  nadie en el este de Alepo que pueda confirmar la existencia de este hospital de Al Quds", declaró Nabil Antaki el 2 de mayo de 2016"

Lo más probable es que ese edificio estuviera siendo reutilizado por los grupos terroristas como hospital para atender a sus yihadistas heridos. La pregunta es qué hacía MSF allí. Si desde esta organización afirman que sus médicos trabajaban en ese hospital, entonces se demuestra una vez más que esta organización no diferencia entre civiles y terroristas.

Desde el primer momento los testimonios de muchas personas que trabajan y residen en Alepo confirmaban que eran los grupos terroristas los que estaban atacando a la población civil [12]. Desde el pasado 27 de febrero los grupos terroristas han violado la tregua (tregua-trampa de la OTAN) en al menos 470 ocasiones, causando decenas de muertos y cientos de heridos, muchos de ellos en Alepo. Pero estos ataques y estas víctimas civiles reciben el silencio cómplice de los grandes medios corporativos que establecen sin rubor una diferencia entre víctimas de primera y de segunda categoría, según convenga a su causa. En las últimas semanas los "rebeldes sirios" de la OTAN bombardearon sin cesar hospitales, colegios, mercados, carreteras, iglesias... en las zonas controladas por el gobierno sirio, tal y como relataba el padre Ibrahim Alsabagh, un fraile franciscano que trabaja en el oeste de Alepo:

El gobierno sirio defiende las áreas de Alepo donde está presente y aún es fuerte. En el oeste, donde me encuentro, caen muchos misiles lanzados por grupos yihadistas. Caen sobre carreteras, iglesias, mezquitas, hospitales. Esta mañana cayó un misil en una mezquita y mató a 15 personas. Esto ocurrió en la parte controlada por el gobierno, y por lo tanto no podemos imaginar que el ejército sirio esté lanzando misiles contra sí mismo. Los misiles proceden de las zonas controladas por los grupos yihadistas [13]

Con Alepo ocurre algo similar a otras ciudades sirias dominadas por los yihadistas, como Madaya, donde estos grupos terroristas asaltan la ciudad y se atrincheran utilizando a los civiles como escudos humanos. Sin embargo el tratamiento mediático y político en Occidente es el mismo en todos los casos independientemente del contexto en el que se producen, y se resume así: los "rebeldes moderados" no tienen la culpa. La culpa es del régimen sirio que, según esta versión occidental, debería dejar que los terroristas invadan y destruyan el país por completo.

Colocar en el mismo plano - tal y como hacen estas ONGs y los paraperiodistas de los grandes medios corporativos - a los "rebeldes" y al "régimen", realizando un cínico y perverso ejercicio de presunta equidistancia, resulta ser de una manipulación de la realidad impresentable. El gobierno sirio no sólo tiene legitimidad democrática y política para gobernar, sino que además está en la obligación constitucional de defender militarmente al Estado y a sus ciudadanos cuando el país está recibiendo un ataque brutal dirigido y protagonizado sobre el terreno por agentes externos.

Ocurre que el discurso emitido desde occidente está viciado de origen, por eso hay que poner las cosas en su sitio y volver al inicio para entender el contexto actual: en Siria no se está produciendo una revuelta popular, mayoritaria, pacífica, contra un régimen no elegido por el pueblo, y que además les reprime y les mata de hambre. Falso absolutamente. Siria tiene un gobierno de coalición compuesto por varios partidos de izquierdas y nacionalistas panarabistas elegido en las urnas; tiene un Parlamento representativo de la pluralidad existente en la sociedad; y una Constitución secular, anticolonialista, refrendada por el pueblo mayoritariamente. Y en cualquier caso, los problemas políticos internos que tenga Siria deben ser resueltos por los sirios, no por las potencias occidentales que quieren "balcanizar Siria" y mucho menos por sus terroristas a sueldo. Por lo tanto, nunca existió en Siria una "primavera árabe" o una "revolución popular", sino un ataque producido por terroristas yihadistas llegados desde decenas de países distintos y dirigidos y financiados por las potencias occidentales (EE.UU-OTAN) y sus aliados en Medio Oriente (Israel, Turquía, Arabia Saudí, Catar, Jordania... principalmente). Por lo tanto no existe una "guerra civil" como tampoco existe una "oposición moderada" luchando en Siria. El último en reconocerlo ha sido Philip Giraldi, un exagente que trabajó durante 20 años en la oficina de lucha antiterrorista de la CIA, en declaraciones a la agencia Sputnik:

"Los llamados rebeldes moderados conviven con el Frente Al-Nusra (filial siria de Al-Qaeda) y esto no es nada sorprendente, (...) Washington está al tanto de las relaciones (entre la oposición y Al-Qaeda), pero, por razones políticas, prefiere sostener que son bandos distintos"

Para conocer mejor los orígenes de las "revueltas" en Siria en 2011, que dieron inicio a la guerra de invasión terrorista que sufre el pueblo sirio, y al papel que los gobiernos y las corporaciones occidentales tuvieron en ellas, recomiendo leer el artículo del escritor Mikel Itulain "Las revueltas en Siria no son ni fueron una rebelión popular ni pacífica", al que pertenecen las siguientes líneas:

En el año 2008 el Departamento de Estado de Estados Unidos financia una organización, la Alianza para los Movimientos de la Juventud, que serán los que preparen los disturbios y a los líderes que actuarán el año 2011 en la llamada "Primavera Árabe", algo que muestra que dicho movimiento tuvo poco de espontáneo y menos de popular y autóctono.  Detrás de esta alianza estaban organizaciones como Freedom House,  la NED y otras como el International Republican Institute o el National Democratic Institute. Todas ellas bajo el control y orden del Departamento de Estado y de las corporaciones económicas (...) Como consecuencia de todo esto comenzaron las revueltas en Siria. En concreto fueron en una pequeña ciudad del sureste, Daraa, cerca de la frontera con Jordania. (...) Esos mismos medios mostraban una escena donde el ejército disparaba sin compasión contra manifestantes pacíficos, matando a varios de ellos, en una represión brutal. Sin embargo, no se informaba de que en esas "manifestaciones pacíficas" se habían asesinado a varios policías. (...)

Esto es un secreto a voces que ya no niegan ni siquiera algunos de sus protagonistas principales, como ha hecho recientemente el ex-primer ministro de Catar, es decir el ex dictador y rico empresario Sheikh Hamad Bin-Jaber al-Thani, en una entrevista para el Financial Times [14] donde reconocía, con el descaro que demuestran los criminales que se sienten impunes ante la ley, la intervención de países como Catar, Arabia Saudita, EE.UU. y occidente en Libia y en Siria financiando y armando a los grupos terroristas desde 2011.

Sin embargo nada de esto aparece en las portadas de los grandes medios corporativos ni es denunciado por la ONGs más reconocidas y respetadas. Resulta imposible escuchar en estos medios la voz de algún analista internacional, académico, periodista, etc. que exprese opiniones como ésta y aporte este tipo de información. No se escucha desde estas tribunas mediáticas ni una sola crítica al sistema político y económico dominante, al imperialismo, al neoliberalismo. No se escucha nada que moleste a sus patrocinadores y  que vaya más allá de los lugares comunes y consensos sociales establecidos artificialmente. Estas grandes "organizaciones humanitarias" y "pro-derechos humanos", así como los sindicatos mayoritarios, la socialdemocracia y los diversos movimientos "progresistas" que han abandonado o niegan la lucha de clases existente, sirven para canalizar las reivindicaciones y aspiraciones de las clases trabajadoras explotadas, haciéndoles abandonar cualquier vía revolucionaria que rompa de raíz con el sistema que los explota y que provoca, precisamente, esa pobreza y desigualdad contra la que dicen cínicamente luchar.

Aquellos pueblos y gobiernos soberanos que tienen la valentía de hacerlo, de denunciar y luchar contra el corrupto orden mundial actual, son denunciados por estas ONGs y señalados con mayúsculas en algunos de sus informes. A partir de ese momento estos gobiernos quedan sentenciados.




REFERENCIAS - NOTAS

[1] West's Syrian Narrative Based on "Guy in British Apartment",- artículo de Tony Cartalucci (Land Destroyer, 4/6/2012)


[3] Amnistía Internacional, otra ONG del Departamento de Estado,- misionverdad.com (LaHaine.org, 16/3/2016)



[6] ‘Humanitarian’ Propaganda War Against Syria – Led by Avaaz and The White Helmets,- artículo de Vanessa Beeley (21st Century Wire, 2/10/2015)


[8] Soros NGO Fakes Casualties After Russia Strikes CIA Terrorists in Syria,- artículo del investigador Kurt Nimmo (Infowars, 2/10/2015)

[9] Los altruistas útiles: cómo las ONGs sirven al Capitalismo y al Imperialismo,- artículo de Stephanie McMillan y Vincent Kelley publicado en español por la página Noticias desde Abajo el 2 de noviembre de 2015, fue publicado originalmente en inglés en la web Counterpunch el 20 de octubre de 2015.

[10] El hospital de Alepo fue destruido… hace 7 meses,- Imagen recogida por la página Red Voltaire (6/5/2016)

[11] Aleppo: US NATO False Flags, Lies and Propaganda,- artículo de Vanessa Beeley (21st Century Wire, 4/5/2016)

[12] Syria: Aleppo is Burning and Western Media is Silent,- artículo de la periodista y activista canadiense Eva Bartlett que recoge varios testimonios de residentes en Alepo (In Gaza, 29/4/2016)

[13]  CAOS SIRIA/ Alsabagh (Aleppo): le bombe non sono di Assad, ma di Isis e al Nusra,- entrevista publicada por Ilsussidiario.net el sábado 30 de abril de 2016

[14] Lunch with the FT: Sheikh Hamad Bin-Jaber al-Thani ,- Financial Times (15/4/2016)

Publicado originalmente en: El Mirador Global

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